EL ESPIRITU SANTO EN EL NUEVO TESTAMENTO

La partida de Cristo marcó el comienzo de la era del Espíritu Santo. Desde entonces, el papel del Espíritu Santo del Nuevo Testamento no se ha entendido del todo. El Espíritu Santo ha asumido el papel de Cristo en la tierra y sólo en él y a través de él se da a conocer a Cristo. Por eso, debido a su vital importancia para la Fe, existen múltiples canales de ALABANZAS AL ESPIRITU SANTO EN YOUTUBE.
El propósito principal del Espíritu Santo es glorificar a Cristo. Entre los muchos títulos asignados al Espíritu Santo en la Escritura está:
el Espíritu de Dios (Mt 10:20; 12:28; Ro 8:9, 14; 15:19; 1Cor 2:11-12, 14; 3:16; 6:11; 7:40; 12:3, 14; Ef 4:30; 1Jn 4:2).
El Espíritu del Señor (Lucas 4:18; Hechos 5:9; 8:39; 2Cor 3:17-18).
Otro Consolador (Jn 14:16).
Es de suma importancia para los creyentes que entiendan claramente el papel del Espíritu Santo en el propósito eterno de Dios para el Nuevo Testamento. Por eso, es conveniente visitar TOP ALABANZAS 2022 En Analitica.com con el fin de poder glorificar al Espíritu Santo como se merece. Muchos cristianos profesantes creen que el Espíritu Santo es simplemente una fuerza, o una influencia que emana de Dios, pero eso no es correcto.
El Espíritu Santo es y siempre ha sido un miembro igual de la Divinidad desde toda la eternidad. Es de vital importancia que los creyentes tengan muy claro en sus mentes Su Deidad y la co-igualdad con el Padre y Cristo en la Divinidad (Isaías 6:8-11 con Hechos 28:5-8; 5:3-4; 1 Corintios 2:10-12; 3:16; 2 Corintios 3:17-18; He 9:14; 1 Juan 5:6-7). Todas estas escrituras enseñan la co-igualdad del Padre, Cristo y el Espíritu Santo en la Divinidad. En esta investigación, discutiremos el papel del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento.
El Espíritu Santo en Mateo 1:18
«El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando María, su madre, desposada con José antes de que se juntasen, se encontró encinta del Espíritu Santo». Cuando José pensó en repudiarla, un ángel le informó de que «lo concebido en ella es del Espíritu Santo» (versículo 20).
Cuando el ángel Gabriel llevó el anuncio celestial a María, la Virgen madre de nuestro Señor, mencionó igualmente al Espíritu Santo. Lucas 1:35, «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por lo que también el santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios». El Espíritu Santo produjo el cuerpo humano para el Hijo de Dios mediante un acto creativo. De ese cuerpo, el Hijo de Dios habló como un cuerpo preparado (Heb. 10:5). Era imposible que uno que es santo se revistiera de un cuerpo que llegara a existir por la generación natural. Si ese hubiera sido el caso, habría tenido un cuerpo al que se le hubiera adherido la mancha del pecado. Si bien es cierto que María tenía un cuerpo pecaminoso, el poder de la santidad en el Hijo de Dios repelió cada partícula de éste, y el Espíritu Santo, al preparar el cuerpo, no pudo permitir que nada impuro entrara en el cuerpo físico de nuestro Señor.